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LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DEBE SERVIR A LA GENTE, NO AL REVÉS

Por Gabriela Jiménez Godoy


Desde hace tiempo me involucré a fondo en el tema de la inteligencia artificial, porque estoy convencida de que no podemos quedarnos atrás frente a los avances tecnológicos. He escuchado a muchas voces expertas, he participado en foros nacionales e internacionales, he revisado marcos legales de otros países, y también he conversado con jóvenes, docentes, organizaciones civiles y servidores públicos. Todos coincidimos en algo: la inteligencia artificial ya está presente en nuestras vidas, y si no la regulamos con visión humana, ética y soberana, puede convertirse en una herramienta de exclusión, control o injusticia.

A partir de esa preocupación —pero también con mucho entusiasmo por su potencial— comenzamos a trabajar en una propuesta de ley que diera respuesta a estos desafíos. Así nació la Ley Federal para el Desarrollo Ético, Soberano e Inclusivo de la Inteligencia Artificial en México, una iniciativa que presentamos recientemente en la Cámara de Diputados con el respaldo de más de 50 diputadas y diputados.

Esta ley parte de un principio básico: la tecnología debe estar al servicio de la gente, no al revés. No se trata solo de regular por regular, sino de construir un marco que garantice que la IA se use con responsabilidad, con transparencia, con rendición de cuentas y sobre todo con respeto a los derechos humanos.

Entre sus puntos clave, la iniciativa propone crear un Registro Nacional de Sistemas de IA para que toda tecnología que utilice inteligencia artificial en el sector público sea visible, supervisada y evaluada por su nivel de riesgo. También reconoce el derecho de cada persona a saber si una máquina participó en una decisión que le afecta, a pedir una explicación comprensible y a impugnar si es necesario.

Otro elemento fundamental es la creación de comités de ética algorítmica en las instituciones públicas, así como un Fondo de Reparación Algorítmica, que permita atender posibles daños cuando un sistema automatizado se equivoca. También establece medidas específicas para proteger a niñas, niños y adolescentes, quienes muchas veces son los más vulnerables frente al uso irresponsable de estas tecnologías.

No estamos improvisando. Esta propuesta toma como referencia recomendaciones de organismos como la OCDE, la UNESCO y Naciones Unidas, así como las nuevas leyes que se están aprobando en la Unión Europea y América Latina. Pero también recoge lo más valioso que tenemos en México: una ciudadanía crítica, una comunidad científica comprometida y una voluntad clara de que la transformación digital no deje a nadie atrás.

Me da mucho gusto contar con el respaldo de legisladores de gran experiencia y compromiso, como el diputado Eruviel Ávila, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, y el diputado Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Con su acompañamiento, avanzamos con paso firme para que esta ley sea discutida, enriquecida y aprobada en este mismo periodo legislativo.

Estoy convencida de que el futuro no se espera, se construye. Y la mejor forma de hacerlo es con leyes que protejan, que orienten y que le den rumbo a la innovación. Porque no se trata solo de avanzar tecnológicamente, sino de avanzar con dignidad, con justicia y con humanidad.

 


SEMBLANZA  


Soy vicecoordinadora de Morena en la Cámara de Diputados. Impulso el desarrollo ético de la inteligencia artificial, defiendo los derechos de las mujeres, fundó 50+1, soy maestra en Administración Pública y curso una maestría en Seguridad Nacional.

 
 
 

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