El papel de los Sandbox regulatorios en la promoción de una gobernanza responsable de los datos y la innovación en IA
En los últimos meses la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) ha llevado a cabo una serie de mesas de trabajo en diferentes temas. Conscientes de que habría más preguntas que respuestas, el reto es hacer las preguntas adecuadas ante el enorme desafío de regular a la IA de forma ética y respetando los derechos de todos.
Destaco las inquietudes y aportaciones de cientos de expertos que participaron en estos debates, de forma particular de las mesas de “Política Pública y Regulación” e “Innovación e industria”; en la primera participé activamente y en la segunda tuve el honor de moderar.
En la primera mesa, los expertos concluyeron que se debe priorizar la ética de la responsabilidad cuando hablamos de regular el uso de la inteligencia artificial, antes que pensar en regular esta tecnología por sí misma. En la segunda mesa, los participantes llegaron a la conclusión de que es necesario promover ecosistemas de innovación y nuevos emprendimientos basados en inteligencia artificial. La primera pregunta evidente es ¿Cómo regular sin inhibir la innovación?
A pesar de tener más preguntas que respuestas, los expertos también han compartido experiencias que se alinean con estándares internacionales, de las cuales podemos aprender las lecciones que otros países han tenido en este aspecto. En las mesas también se ha sugerido el uso de mecanismos regulatorios innovadores como los “Sandboxes regulatorios” o “areneros regulatorios”.
Cuando hablamos de inteligencia artificial no podemos obviar el tema de los datos, que son el insumo principal para el desarrollo y avance de esta tecnología; sin duda, son uno de los activos más estratégicos para el crecimiento económico, para el desarrollo sostenible y son la columna vertebral de la aplicación de la IA. Pero para que el uso de los datos beneficie a todos es necesario reforzar la privacidad y la seguridad de los mismos. Entonces, la segunda pregunta surge: ¿Los Sandboxes regulatorios pueden promover la regulación para una economía de datos justa, libre y abierta?
Hay muchas formas diferentes de definir un “arenero regulatorio”. Esta figura se ha aplicado desde hace varios años alrededor del mundo y son básicamente entornos de pruebas regulatorios que funcionan como laboratorios de innovación para poner a prueba modelos novedosos.
Para su aplicación podríamos adoptar un enfoque alineado con lo que el Defensor Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para las Finanzas Inclusivas para el Desarrollo definió como Sandbox: un enfoque regulatorio típicamente resumido por escrito y publicado que permite experimentar de manera dinámica modelos de innovaciones con plazos determinados bajo la supervisión de los reguladores.
Cabe destacar que este mecanismo no es nuevo en el entorno regulatorio de la tecnología. Hemos visto cómo se desarrollan sandboxes en el sector Fintech, principalmente. En el sector financiero tradicional, que está altamente regulado y que encuentra dificultades para adaptarse al cambio constante en materia tecnológica, las Fintech han sido uno de los sectores líderes en el desarrollo de areneros regulatorios en todo el mundo.
Otras autoridades alrededor del mundo están probando esta figura regulatoria en varios temas: propiedad intelectual, protección de datos, antimonopolio, entre otros. Inglaterra, Singapur, Noruega, Lituania, Alemania y Brasil ya experimentan seguir el mismo camino para la protección de datos e Inteligencia Artificial.
De hecho, México, no es ajeno a esta figura que ya se permite en la ley Fintech Mexicana de 2018. Desafortunadamente no hemos sabido aprovecharla y ningún emprendimiento se ha beneficiado de esta aún. De aquí que surja la siguiente pregunta: ¿Si México no ha sabido aplicar los areneros regulatorios, deberíamos experimentar con la IA e intentar comprender los desafíos que plantean los sistemas de IA generativa?
Esta pregunta es pertinente ahora, cuando hablamos de la relación entre los Sandboxes regulatorios y la gobernanza de Internet, o cuando hablamos de tecnologías como la IA, el futuro de los datos y su protección. Las preguntas se expanden en muchos temas más como la privacidad, la protección, la desinformación y la concentración del poder digital, temas que definitivamente debemos de analizar.
Considerando que tenemos más preguntas que respuestas, debemos aprovechar la flexibilidad de esta figura regulatoria. Ahí es donde los sandboxes podrían ser útiles en comprender el impacto real de estas tecnologías y lo que podemos hacer con esta figura en el contexto de los marcos regulatorios actuales, pero la prospectiva de su aplicación multiplica las preguntas:
¿Son suficientes los Sandboxes regulatorios para que las autoridades desarrollen capacidades para atender estas cuestiones regulatorias? ¿Son efectivos los sandboxes? ¿Sus resultados potenciales justifican sus costos?
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